ESPAÑA, PIEL DE TORO Cada verano España se tiñe de sangre al mismo tiempo que la supuesta modernidad y progreso alcanzados retrocede unos cuantos siglos. Da verdadera lástima observar como legiones de borrachos y machotes corretean delante de un toro hasta reventarlo en aras a la tradición o quizá para ensalzar su patética virilidad. Y todo ello envuelto en un ambiente de fiesta y de ofrenda religiosa al Santo o Santa en cuestión. Ya lo dijo Balzac: "Muchos animales son cristianos para compensar la gran cantidad de cristianos que son unos verdaderos animales". En los municipios grandes y ricos los matarifes se visten con traje de luces y se convierten en protagonistas únicos de la Fiesta Nacional (vergüenza nacional). En los pueblos modestos han de conformarse con llevar al toro a un descampado y así saciar la sed de protagonismo de los más necios del lugar, para que aplasten al animal haciendo gala de la más absoluta falta de sensibilidad y de sentido común. Esta España cutre y palurda es la que nos lastra y nos impide denominarnos un país civilizado. Pero lo más triste, es que este tipo de cultura (?) es la que prima a la hora de organizar festejos además de ofrecer cada vez mayores beneficios a sus promotores. Ahora resulta que no es lesivo para los niños asistir a espectáculos taurinos. Recuerdo que cuando era un crío y veía en la televisión una corrida de toros, rompía a llorar desconsolado mientras acumulaba una impotencia y una rabia que ahora, ya con treinta años, aflora cada vez que veo una cogida de un torero y siento un cierto alivio. Sí, alivio, libero esa rabia contenida. ¿Estoy loco?, ¿soy un psicópata?. Puede que sí, pero entonces no me digan que no me ha afectado ver como trinchaban a un animal en directo sin ninguna justificación aparente. Albertorosno